SESIONES

Nos reunimos vía online y durante hora/hora y media, me cuentas qué te ocurre. Cualquier ser físico o sutil que esté colaborando en tu camino de vida y quiera transmitirte su mensaje, hablará, y yo seré como una traductora: seres queridos fallecidos, la voz de tu alma, tu memoria álmica, seres sutiles (ángeles, maestros ascendidos, ancestros, tu familia álmica, etc). Por supuesto, podrás hacerles cualquier pregunta que necesites.

Esta sanación, que proviene de mi familia álmica,  apoya el proceso que cualquier ser/alma esté transitando.
 

Se realiza a través de la esencia de los cinco elementos: fuego, aire, agua y tierra, y éter.
Es una sanación que fluye cuanto más se conecte uno con su propia alma y elemento esencial.

Puede realizarse tan a menudo como lo necesite cada ser.

Esta conexión se realiza con absoluto respeto por su existencia y vuestro vínculo. Esta comunicación a veces la pide ese ser trascendido o su familiar no fallecido.
La conexión sigue ahí y a veces nos piden escuchar, ya sea para aportar calma en nuestros corazones en duelo, porque les queda decir algo que no dijeron antes o porque necesitan transmitir algunos conocimientos para el camino de vida de su ser querido o para una labor de ambos.

Cuando nuestro amado animal se va, solemos quedarnos con un gran vacío, tristes, perdidos. Suele pasar que nuestro entorno no nos comprende y la humanidad no nos facilita vivir ese duelo que tan necesario es para sanar heridas, aprender de este proceso y colocar cada sentimiento en un saludable lugar.

Lo que se hace es acompañar durante el proceso hacia el tránsito o muerte del animal, a éste y a su familia humana, desde la formación y amplia experiencia del profesional.

 Cuando accedemos a esta memoria, contactamos con nuestro ser verdadero, lo que realmente somos, aquello que no muere y perdura.

Arrojamos luz a quiénes somos, porqué el alma ha encarnado, qué existencias ha recorrido, con quiénes estamos vinculados, etc.

Entrar en contacto con nuestra alma es algo natural que nos ayuda a conocernos y a vivir en coherencia.

Esta conexión implica transmitir de manera directa pensamientos, sensaciones (corporales, como dolor, molestias), imágenes estáticas o en movimiento, palabras, emociones, conocimiento.

  Los animales se han comunicado de esta manera desde el principio de los tiempos, entre ellos y con nosotros. Somos los seres humanos los que no utilizamos esta capacidad conscientemente u olvidamos que somos capaces de "hablar", a través de este lenguaje universal, con otros seres.