Estoy leyendo mucho y escuchando que los animales son ajenos a todo esto que está sucediendo con el Coronavirus.
Veo y siento a los animales en las ciudades, en los hogares, más calmados: estamos más en casa, el planeta está haciendo un llamamiento a la reflexión, a la calma, a replantearse valores y formas de actuar. En las ciudades, se escucha cantar a los pájaros por encima del ruido de coches o personas. Cuando nuestros animales salen a la calle, no sufren las consecuencias de la sobre estimulación.
No os engañéis: los animales se enteran de todo. Tanto, que cuando comunicamos con ellos, nos dan grandes lecciones. Estoy acompañando a una familia como Doula del alma animal. Hoy, Mendi, el ser de esta manada encarnado en perro, me daba un mensaje para ellos, mensaje que hemos captado como algo que había que divulgar: "Descansad vosotras también vuestros pensamientos. Os llamo a la calma interior, a caminar despacio, a hacer cosas más despacio aún, a disfrutar del silencio. A miraros a los ojos y amar durante unos segundos intensos a cada ser de este hogar. Eso es lo importante".
Si dejamos de mirarlos desde el altar de la superioridad humana, mirad qué sabiduría nos regalan. Si los escuchamos, ved que los aprendices somos nosotros, los humanos. Si aceptamos que existe un lenguaje universal por el que todos podemos comunicarnos, qué riqueza vivirán nuestras almas en constante evolución,
La enfermedad y la muerte son procesos naturales que ponen a prueba nuestra creencia de que somos inmortales e invulnerables.
Los animales nacen siendo conscientes de que pueden partir en cualquier momento hacia otro lugar; saben que sus condiciones físicas pueden cambiar en un momento, y se adaptan.
Ojalá seamos cada vez más animales.
(Gracias, Izaskun y Edurne)
