Últimamente estoy trabajando bastante comunicando con animales perdidos. Nos llegan casos y no dejo de sorprenderme.
Los animales a veces se pierden porque se desorientan, se asustan y salen corriendo; motivos lógicos para nuestro entendimiento humano.
Pero hay casos diferentes: animales que se van de casa porque no soportan una situación, otros para vivir en libertad durante un tiempo y vivir otras experiencias; otras veces, se van para mostrar algo a sus responsables y que éstos aprendan una lección necesaria para su evolución vital.
Estos últimos son casos a veces complicados porque el responsable puede mostrarse receptivo, abierto a indagar en su interior para encontrar ese mensaje que su animal le está mostrando, o no.
Con cada uno de los casos aprendo algo nuevo.
No dejo de maravillarme por la forma en que ellos llegan a nuestras vidas y siempre nos enseñan que conectar con nuestra parte animal nos hará mucho más felices. Y sea de la forma que sea, si somos honestos y estamos dispuestos a aprender, nos conoceremos un poco más haciéndoles caso.
